lunes, marzo 25, 2013

Cinco desafíos para la Argentina y América Latina en el día del Niño por Nacer

Hoy 25 de marzo se celebra en Argentina y en diversos países del mundo el día del Niño por Nacer. Es una ocasión especial para repasar algunos desafíos que se presentan para la vida humana naciente en este inicio del Siglo XXI.
1) La salud prenatal y materna: existen todavía amplias zonas del país y la región con altas tasas de mortalidad prenatal, neonatal y materna. En este sentido, un primer gran desafío es lograr solucionar las causas evitables de mortalidad materna y prenatal e infantil que permitan salvar siempre las dos vidas. Este problema se vincula con el acceso a condiciones obstétricas esenciales, como bien explica el Dr. Miguel Ángel Schiavone, en un artículo sobre la conexión entre las debilidades estructurales de las maternidades y la mortalidad materna. Muchas muertes se podrían evitar si en todas las maternidades existieran elementos para procedimientos obstétricos; anestésica; transfusión de sangre segura; tratamientos médicos para shocks y sepsis; asistencia neonatal inmediata; transporte oportuno.
2) El por pastillas: de manera silenciosa pero sostenida se difunde en la región el aborto por pastillas, que no sólo provoca la muerte del niño por nacer violando el derecho humano a la vida, sino que pone en grave riesgo a las mujeres y se consolida como una práctica injusta. En muchos casos, ante el evidente fracaso de los intentos de legalizar el aborto en los Parlamentos, los promotores de la cultura de la muerte han optado por mecanismos “de hecho” como la difusión del misoprostol con la pretensión de una despenalización de hecho e invisible.

 3) La protección del niño por nacer en sede judicial: otro mecanismo que se impulsa en la región para despenalizar en los hechos el aborto es la vía judicial. Colombia, Argentina y México pueden dar cuenta de esta estrategia, luego del fracaso de los intentos de cambiar la legislación favorable a la vida humana por nacer. En este sentido, un desafío clave es lograr que se puedan encontrar mecanismos que permitan siempre salvar las dos vidas y no se caiga en dialécticas que enfrentan a la madre con su hijo.
4) El aborto de niños con discapacidad: una problemática mundial que amenaza con trasladarse a nuestra región es el aumento de los abortos de niños con discapacidad favorecido por la difusión de diagnósticos prenatales. Mientras que estos estudios son auténticamente un acto médico cuando se realizan con una finalidad terapéutica, se convierten en cambio en una forma de selección eugenésica inadmisible si se hacen con la finalidad de eliminar al enfermo. En diversos proyectos de ley sobre aborto en el Congreso de la Nación Argentina se admite esta posibilidad claramente discriminatoria.
5) La protección del embrión humano no implantado: la difusión de las técnicas que permiten concebir seres humanos fuera del seno materno ha abierto nuevas problemáticas, pues estas técnicas conllevan altas tasas de abortos de los niños así concebidos. El desafío consiste en un cese de la generación de vidas humanas “in vitro” y en el pleno reconocimiento de la dignidad de persona a todo embrión humano desde la fecundación. En Argentina, este desafío se vincula de manera directa con la protección del embrión en el nuevo código civil que debatirá el Congreso (art. 19 del proyecto). Igualmente, la región no es ajena al creciente interés mundial por los humanos en orden a su destrucción y utilización con fines comerciales o de investigación. Europa ha adoptado restricciones en resguardo de los ante las pretensiones de patentabilidad en el caso “Brüstle v. Greenpeace”, pero Estados Unidos admite esas patentes en forma irrestricta. Argentina y América Latina tienen que tomar una postura geopolítica de respeto a la vida y derechos fundamentales de los seres humanos. Lamentablemente, el fallo “Artavia Murillo” de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de fines de 2012 desprotege al embrión humano ante los intereses biotecnológicos. No obstante, esperamos que los países de América honren su tradición humanista y refuercen su protección del embrión humano.
En este día prestamos especial atención a una de las etapas más vulnerables de la vida humana, con la convicción de que no sólo los poderes del Estado (legislativo, ejecutivo y judicial) tienen el deber de reconocer su dignidad y protegerla, sino que toda la sociedad debe esforzarse en construir una cultura de la vida, sin importar sus cualidades o accidentes.

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