viernes, marzo 08, 2013

Cuando los ideólogos del aborto detestan la ciencia

(AA / HO) La Dra Gador Joya, portavoz de Derecho a Vivir, ha expresado que muchos “detestan la ciencia y los avances técnicos porque quitan vendas donde ellos prefieren que siga habiendo ceguera”, con relación a la propuesta de mostrar imágenes de ecografías de sus hijos a todas las madres que estén pensando en abortar.
Gádor Joya apoya las declaraciones de Juan Cotino, presidente de las Cortes de Valencia, quien ha propuesto mostrar las imágenes de las ecografías de sus hijos a todas las madres que estén pensando en abortar. Una propuesta respaldada recientemente por la corte federal de apelaciones de EE.UU: “La información de una ecografía, del latido del corazón fetal y sus descripciones médicas implican una síntesis de información veraz y no engañosa”.
Verdad frente a engaño
Gádor Joya (*)
El arma más poderosa contra el aborto es la información. No hay nada tan persuasivo como abrir los ojos y ver por ti misma. Siempre he creído que los avances científicos y técnicos pueden ser el mejor aliado en la causa del derecho a la vida.
Gracias a la genética y la embriología, hoy sabemos que hay un ser humano singular, único, desde la primera división celular producida por la fecundación. Una verdad incómoda para los ideólogos del aborto.

Gracias a las nuevas tecnologías que permiten obtener ecografías en 3D y 4D, y también sonidos de la vida humana latiendo en el seno materno, abrimos ojos y oídos a la criatura que somos desde ese primer momento. Frágil y fuerte. Fascinante y misteriosa. Única y apegada. Viva. Humana. Forma y sustancia, cualidades de todo lo real, según nos enseña Aristóteles.
Gracias a estudios como los del doctor Francisco Reinoso, de la Unidad del Dolor del Hospital Infantil La Paz (Madrid), y de otros expertos como él, hoy sabemos que el feto siente dolor físico si se le hace daño. ¿Hay técnica capaz de medir el espantoso dolor físico que se siente al ser troceado o ahogado en suero salino por un aborto?
El aborto causa dolor al no nacido
Y gracias a médicos innovadores, sabios y valientes, como los que operaron a un feto fuera del útero, en el hospital la Fe de Valencia, para extirparle un tumor que lo estaba asfixiando, sabemos que no hay límites en el conocimiento para salvar vidas. Todo céntimo empleado en financiar un aborto es detraído de la investigación necesaria para curar y aliviar.
Esa realidad viva, humana, visible, audible, apegada a la vida y pidiendo ayuda en silencio con el lenguaje de lo frágil y lo doliente, es la que la señora Elena Valenciano, la señora Soraya Rodríguez, el señor Alfredo Pérez Rubalcaba y todos los portavoces de la ideología abortista no quieren que las mujeres vean. Les irrita que las mujeres decidan con los ojos abiertos, informadas y libres. Detestan la ciencia y los avances técnicos porque quitan vendas donde ellos prefieren que siga habiendo ceguera. Odian la libertad porque les arruina el negocio de la tutela. Temen el conocimiento porque, cuantas más mujeres informadas haya, menos votos cautivos tendrán sus partidos y menos ganancias, la industria abortista a la que protegen. Si de ellos dependiera, aún arrastrarían a las mujeres agarradas del pelo hacia las cuevas de la violencia abortista.
La idea de mostrar la ecografía del bebé a la madre que está pensando en abortar tiene sólidos precedentes jurídicos, como, sin duda, conoce el presidente de las Cortes Valencianas, señor Juan Cotino.
En una célebre sentencia de la corte federal de apelaciones de Estados Unidos, del pasado mes de enero, la juez ponente Edith H. Jones subrayó que mostrar a una mujer que está pensando en abortar la ecografía del bebé con sonidos del latido de su corazón no solo no reduce su libertad para decidir, sino que la configura como verdadera libertad informada. Dice la sentencia: “La información de una ecografía, del latido del corazón fetal y sus descripciones médicas implican una síntesis de información veraz y no engañosa”. Verdad frente a engaño. Esa es la clave de la histeria de los portavoces del aborto frente a todo lo que implique más información y más libertad. Piensan, como dijo el poeta T.S. Eliot del género humano, que la mujer "no puede soportar demasiada realidad".
(*) Gádor Joya es médico pediatra, portavoz de Derecho a Vivir.

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