jueves, marzo 14, 2013

Abortistas preparan en la ONU su nueva estrategia para imponer el aborto globalmente

Richard Horton
Los promotores del aborto están preocupados por el inminente vencimiento de las Metas de Desarrollo del Milenio, dentro de dos años. Algunos de ellos se reunieron la semana pasada para comenzar a elaborar un manifiesto con el objeto de introducir, entre otras cosas, la imposición universal del aborto en la agenda de desarrollo post-2015.
0_richard-horton.jpgRichard Horton, jefe de redacción de la revista médica The Lancet, publicó en Twitter un proyecto de diez puntos para el documento durante las últimas horas de la conferencia. Comenzó con un llamamiento en pos de «una nueva meta desafiante para la mortalidad materna post-2015, liderada y definida por los países, no por donantes», que «dependa de una cobertura sanitaria universal: un sólido sistema de salud que ofrezca planificación familiar, [asistencia obstétrica de emergencia y] aborto seguro».
Horton fue uno de los tres oradores plenarios de la Conferencia mundial sobre mortalidad materna que se extendió durante tres días en la remota ciudad de Arusha, Tanzania y que contó con el patrocinio de las fundaciones Gates y MacArthur, Unicef y el Fondo de Población. Tales conferencias se realizan deliberadamente en lugares remotos para garantizar que no puedan asistir oponentes.

«Esta reunión se realiza en un momento crítico», escribió Kate Mitchell en el blog de Maternal Health Taskforce. «La comunidad sanitaria mundial enfrenta grandes interrogantes sobre qué clase de metas o programa de desarrollo vendrán después de los ODM [Objetivos de Desarrollo del Milenio] y sobre si se asignarán o desviarán recursos para la salud materna».
La exigencia del aborto mundial se opondría a los documentos finales de las conferencias de El Cairo y Beijing, así como a la decisión de los estados miembros de rechazar toda mención a la «salud reproductiva» en los ODM de 2000 y de 2005 (incluso en el ODM 5 referente a la reducción de la mortalidad materna), precisamente porque temían que la frase pudiera ser utilizada para incluir el aborto.
Horton insiste en que «debemos extender ese objetivo de mortalidad materna para incluir la realización de derechos políticos, económicos y sociales para las mujeres». La profesora de Harvard Alicia Yamin hace eco de este énfasis en los 'derechos'. Yamin defendió el enfoque basado en los derechos humanos para «identificar a los titulares de derechos, sus derechos y a los correspondientes responsables y sus obligaciones» más que en un abordaje de salud pública centrado en la identificación de problemas como la mortalidad materna y que «proponga atender ese problema dentro del marco social».
Aunque los índices de mortalidad materna siguen disminuyendo (un estudio reciente sobre la carga de morbilidad mundial da cuenta de una caída del 47,2 % en el índice de mortalidad materna mundial desde 1990), existe escasa investigación como para vincular esta tendencia a la liberalización de las leyes de aborto. La insistencia en el acceso al aborto como 'derecho humano' más que como una necesidad médica esquiva esta cuestión.
Los títulos de las charlas de la conferencia con frecuencia se refirieron a la «creación de demanda», la «mejora de la demanda» o «'empoderar' a las mujeres para que demanden» mejores productos y servicios para la atención de la salud materna, expresiones que sugieren que la agenda que los asistentes impulsan no está en línea con lo que de hecho las mujeres a la que se dirige quieren. Una de las presentaciones, ofrecida por un representante de Population Services International, se tituló «Creación del mercado del misoprostol», en referencia a la droga que se utiliza tanto para la hemorragia posparto como para el aborto farmacológico.
El manifiesto de Horton exige nuevas medidas y rendición de cuentas en materia de resultados en salud materna. La inclusión del aborto como parte esencial de la agenda post-2015 no puede ser respaldada por ninguna medida existente, y ya se han logrado mejoras drásticas en salud materna sin él. Los promotores del aborto exigen como derecho lo que los datos no pueden justificar, con la esperanza de conseguir cobertura institucional y de asegurarse el financiamiento dentro de un nuevo programa mundial de desarrollo que, por ahora, no tiene fecha de vencimiento.
Fuente: Tradición Digital

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