Frente Joven: El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, sancionó el protocolo de aborto no punible para la jurisdicción porteña, que había intentado avanzar por vía legislativa y no había obtenido tratamiento. La decisión fue tomada el jueves por la noche, cuando su ministro de Salud, Jorge Lemus, firmó la resolución 1252-MSGC-12.
A pesar del fuerte debate que atravesó
al Pro y al Frente para la Victoria por este tema, y que el martes
pasado desembocó en un escándalo en la Legislatura, el jefe comunal
decidió avalar el aborto en los casos propuestos por la Suprema Corte
según el fallo dado a conocer en marzo, en el que llamaba a los
gobiernos provinciales a que aprueben estos protocolos. Fueron muchas
las organizaciones de la sociedad civil que llamaron la atención sobre
la desatención a la división de poderes y la autonomía que ostentan los
estados provinciales.
El martes pasado, durante la acalorada
sesión de la Comisión de Salud en la Legislatura Porteña, el titular del
bloque del PRO, Fernando De Andreis, informó que el PRO mantendría los
proyectos en la Comisión de Salud, y observó que “el debate no está
saldado” y su espacio no no trabaría la discusión. A pesar de ello, no
se concretaron avances por esta vía: “al final esto sólo sirvió para que
nos putearan los troskos”, se escuchó decir a una de las legisladoras
kirchneristas cuando salía del recinto.
El Pro decidió ceder al reclamo de los
sectores abortistas y resolver la cuestión por una resolución del
ejecutivo, sin atender a los legisladores de su bloque que no apoyaban
la iniciativa.
El documento es revestido por el
macrismo con el calificativo de “restrictivo” para aplacar los ánimos de
los sectores autodenominados provida que defienden el derecho a la Vida
y observan una vejación en la integridad física y psíquica de la mujer
con tales prácticas. Estas agrupaciones sociales, integradas por
jóvenes, profesionales de la Salud, e incluso la Iglesia y sectores
evangélicos, manifestaron su disconformidad y advirtieron que el
proyecto es una cuestión política que agrava la situación de las
víctimas al desmotivar la denuncia y obligarlas a volver sin apoyo
estatal al entorno familiar, donde ocurren el 80% de los abusos -según
organizaciones como la Asociación de Víctimas de Violación (AVIVI)-.
Con este eufemismo el Pro intenta no
disgustar a las provincias donde está intentando captar voluntades de
cara a 2015, y entienden que el Protocolo es claramente una avanzada de
los sectores que promueven el aborto en el partido de Macri, lo cual
genera resistencia en el interior. De hecho, es una tendencia que
atraviesa a todos los partidos y a la cual pertenece también Lubertino,
del Frente para la Victoria. En la acalorada reunión del martes, cuando
los sectores abortistas acusaron al gobierno nacional de trabar el
avance del aborto, la legisladora kirchnerista se atajó aclarando que la
discusión a nivel nacional se dará luego de que la Legislatura apruebe
la ley, aunque sea un tema que Cristina Fernández no avale.
Aunque el protocolo aparecería el lunes
en el Boletín Oficial, trascendió que se aplicará al sector estatal, por
lo que no regirá para los centros de salud privados. El texto habilita
la práctica de abortos hasta la semana 12 de gestación del niño por
nacer en casos de violación. Además, se supo que se exigirá una
declaración jurada sin valor para realizar la investigación contra el
violador. Asimidmo, intenta brindar garantías a gran parte de los
médicos de la Ciudad que se resisten a realizar abortos, permitiendo el
derecho a la objeción de conciencia, un escabroso tema que podría
encontrar un revés en el plano legislativo nacional.
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