miércoles, julio 11, 2012

Mons. Aguer reflexionó sobre “¿quién es el hombre?”

La Plata (Buenos Aires) (AICA): “Es admirable comprobar cuánto se avanzó en el conocimiento de la realidad humana, de lo que es el hombre”, dijo el arzobispo de La Plata y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Sociales, Mons. Héctor Aguer, en su reflexión televisiva semanal de este sábado, al referirse a lo que “se llama la cuestión antropológica”. No obstante, señaló, “a pesar de todos aquellos conocimientos parciales de los que disponemos acerca de la realidad humana, nos desconocemos a nosotros mismos, no sabemos en el fondo qué es el hombre, quién es el hombre. Lo que está en juego en numerosas cuestiones concretas de máxima actualidad es la idea del hombre, incluso en la contemporánea problemática social. Por tanto, hay que volver a afianzar la verdad sobre el hombre”.
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“¿En qué consiste esta condición? Consiste en que es un ser inteligente y libre, que puede conocer a su Creador y por tanto puede conocer también su fin. Y si no conoce esto, si no conoce su origen, si no se reconoce como criatura y si no conoce su fin no advierte que su vida personal y la trayectoria entera de la historia llevan a Dios. Entonces no sabe cómo ordenarse en las cosas más elementales. Podrá conocer muchas cosas pero no podrá dirigir su vida. Ha perdido el sentido de la existencia”.

“Entonces desde esa doble vía, la de la razón, tomando en cuenta incluso los adelantos que nos brindan las ciencias humanas, o por esta otra vía, la de la revelación, la de la fe, el hombre puede conocerse a sí mismo. Las dos vías son complementarias, y la fe completa y perfecciona el conocimiento racional”. 

http://www.aica.org/post.php?id=2514

“Si nos fijamos en el desarrollo que han adquirido en el siglo XX las que se llaman ciencias humanas veremos que, en efecto, disponemos de conocimientos con los cuales no contaban nuestros antepasados”, señaló.

“Me refiero, entre otros, al conocimiento de la biología humana, a sus aplicaciones médicas, o al conocimiento que brinda la psicología, por ejemplo la penetración en la profundidad del inconsciente, a los datos sociológicos de la historia de la cultura y de la civilización”.

“Es decir que desde distintos enfoques hoy, al parecer, tenemos un conocimiento vastísimo acerca de lo que es el hombre”.

“Digo al parecer -acotó- porque a pesar de aquellos datos en el pensamiento contemporáneo, sobre todo el de los últimos años, ha surgido lo que se llama la cuestión antropológica. Se habla de la emergencia de la cuestión antropológica”.

Y consideró que “a pesar de todos aquellos conocimientos parciales de los que disponemos acerca de la realidad humana, nos desconocemos a nosotros mismos, no sabemos en el fondo qué es el hombre, quién es el hombre. Lo que está en juego en numerosas cuestiones concretas de máxima actualidad es la idea del hombre, incluso en la problemática social contemporánea. Por tanto, hay que volver a afianzar la verdad sobre el hombre. ¿Cómo se llega a ella?”.

“De esos estudios parciales que hemos mencionado, ofrecidos por las ciencias humanas -explicó-, habría que llegar al planteo filosófico propiamente tal acerca de la naturaleza de la persona humana, de su actividad, de su proyección en la cultura, de su destino”.

También comentó que “conocemos muchas cosas sobre el hombre pero en el fondo no sabemos quién es él. Sobre todo no sabemos de dónde viene y adónde va. ¿No sabemos? ¡Nosotros, los cristianos, sí lo sabemos! Lo sabemos no solo por la fuente racional, sino que lo sabemos también por la revelación divina”.

“Un camino para conocer quién es el hombre es el ejercicio de la razón. Se abre al fundar todos aquellos conocimientos parciales que nos brindan las ciencias humanas en un conocimiento filosófico acerca de la esencia del hombre, de su naturaleza corporal y espiritual”.

“Pero nosotros, los creyentes, tenemos otra fuente que es la revelación de Dios. Abrimos la Biblia y en las primeras páginas nos encontramos con que Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza. Y es claro que el hombre emerge entre todas las criaturas con esta imagen y semejanza de Dios impresa en su ser y manifestada en su acción”.
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El prelado platense afirmó que “hay que subrayar como conclusión que el hombre ha sido creado por Dios como un ser inteligente y libre a imagen y semejanza de Dios. Tiene en Dios su origen y tiene en Dios su fin”.

“Esto que parece tan teórico -dijo monseñor Aguer- tiene que ver con cuestiones concretas de máxima actualidad”. Y puso como ejemplo el siguiente: “¿Cuál es la causa de que se hayan aprobado en la Argentina, y en tantos otros países, leyes inicuas que alteran la concepción de la vida humana y la esencia del matrimonio y de la familia? Precisamente, esto tiene que ver con que se ha perdido, se ha borrado el sentido auténtico de la existencia. Los legisladores que aprobaron esas leyes, y sus asesores, no reconocen que existe una naturaleza de la persona humana y un orden que rige su acción. De allí la urgencia de la “cuestión antropológica”.+


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