Monseñor Polti manifestó que la familia es el ámbito cotidiano
que permite el desarrollo integral de las personas, pero advirtió que
“la fragmentación presente en nuestra cultura, marcada por el
individualismo y la crisis de valores, llega también a las familias,
amenazadas además por legislaciones que alientan su disolución; por
modelos ideológicos que relativizan los conceptos de persona,
matrimonio, familia; por la situación socioeconómica, por la falta de
comunicación, cuando sus integrantes se ven obligados a vivir
aceleradamente sin tiempo para descansar, orar, dialogar, e incluso por
la agresión y violencia en el trato entre las personas”.
“La vida del hombre en la tierra es un camino que se recorre constantemente en la tensión de la lucha, entre el bien y el mal, entre la gracia y el pecado, entre la vida y la muerte”, señaló y añadió que “esta es la situación de la historia humana, es como un viaje en un mar a menudo borrascoso; María es la estrella que nos guía hacia su Hijo Jesús, sol que brilla sobre las tinieblas de la historia y nos da la esperanza de que podemos vencer, de que Dios ha vencido y de que, con el bautismo, cada uno de nosotros hemos entrado en esta victoria”.
“La vida del hombre en la tierra es un camino que se recorre constantemente en la tensión de la lucha, entre el bien y el mal, entre la gracia y el pecado, entre la vida y la muerte”, señaló y añadió que “esta es la situación de la historia humana, es como un viaje en un mar a menudo borrascoso; María es la estrella que nos guía hacia su Hijo Jesús, sol que brilla sobre las tinieblas de la historia y nos da la esperanza de que podemos vencer, de que Dios ha vencido y de que, con el bautismo, cada uno de nosotros hemos entrado en esta victoria”.
En la homilía, el pastor agradeció por las “innumerables
muestras de fe, de amor, y de esperanza de numerosos fieles, que de
diferentes partes de la diócesis, han venido a agradecer la presencia de
la Virgen María en sus vidas”.
El prelado santiagueño afirmó que la distancia cultural entre las generaciones “constituye otro desafío” y agregó que “debemos fortalecer la relación entre padres e hijos, ejerciendo la autoridad y educando en los valores, sin dejar vacante este rol a otros sectores sociales que no siempre se ocupan de manera saludable”.
“Los cristianos, como hombres y mujeres de esperanza, debemos ser capaces de descubrir el paso de Dios por la historia, su presencia y su llamado a colaborar en la transformación de la realidad. Aunque pueda parecer humanamente difícil, no debemos ceder a la tentación del desaliento”, aseguró.
El obispo resaltó que “ser cristiano significa vivir la Buena Noticia del amor en las circunstancias históricas que nos toca estar. Sabemos que en lo profundo del corazón humano, debajo del ruido y la ansiedad provocada por la vorágine cotidiana, sigue presente la sed de lo bueno, verdadero y bello”.
Como conclusión, monseñor Polti pidió que María “nos ayude a vivir con fe y esperanza en este mundo, buscando en todas las cosas el reino de Dios; que nos ayude a abrirnos a la presencia y a la acción del Espíritu Santo”. +
http://www.aica.org/post.php?id=2456
El prelado santiagueño afirmó que la distancia cultural entre las generaciones “constituye otro desafío” y agregó que “debemos fortalecer la relación entre padres e hijos, ejerciendo la autoridad y educando en los valores, sin dejar vacante este rol a otros sectores sociales que no siempre se ocupan de manera saludable”.
“Los cristianos, como hombres y mujeres de esperanza, debemos ser capaces de descubrir el paso de Dios por la historia, su presencia y su llamado a colaborar en la transformación de la realidad. Aunque pueda parecer humanamente difícil, no debemos ceder a la tentación del desaliento”, aseguró.
El obispo resaltó que “ser cristiano significa vivir la Buena Noticia del amor en las circunstancias históricas que nos toca estar. Sabemos que en lo profundo del corazón humano, debajo del ruido y la ansiedad provocada por la vorágine cotidiana, sigue presente la sed de lo bueno, verdadero y bello”.
Como conclusión, monseñor Polti pidió que María “nos ayude a vivir con fe y esperanza en este mundo, buscando en todas las cosas el reino de Dios; que nos ayude a abrirnos a la presencia y a la acción del Espíritu Santo”. +
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