Te Deum en la Catedral San Rafael presidido por monseñor Carlos María Franzini (foto: Rafaela al día)
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El
25 de mayo, día en que se cumplió el 202º aniversario de la Revolución
de Mayo, el obispo de Rafaela, monseñor Carlos María Franzini, presidió
el solemne tedeum en la catedral San Rafael.
“Damos gracias
a Dios por el don de la libertad y queremos ser responsables de este
don cuidándolo y desplegándolo en toda su potencialidad. Esto es, ser
libres para vivir en plenitud. Ser libres para que todos en nuestra
Patria puedan alcanzar una vida digna y plena”, señaló el prelado al
comienzo de su homilía.
El obispo manifestó que “si
queremos honrar la vida y afianzar la libertad, hemos de cultivar una
actitud compasiva ante el dolor ajeno y ante tantos signos de muerte
presentes entre nosotros. Siguiendo el mandato evangélico hemos de ser
`astutos como serpientes y sencillos como palomas´ para descubrir y
desenmascarar tantas formas de muerte disfrazadas con eufemismos o
palabras mendaces”.
“La auténtica libertad de los pueblos
–dijo- se mide por su capacidad de ofrecer a todos sus miembros una vida
digna y plena. Una vida de la que nadie es excluido y en la que todos
disfrutan de la básica dignidad de ser persona humana. Una vida en la
que la muerte, con sus distintos rostros, va siendo progresivamente
vencida”.
Monseñor Franzini resaltó que la fe cristiana y
también la sola razón humana “nos enseñan la igual dignidad de toda
persona por el sólo hecho de existir, aún germinalmente. El ser apenas
concebido y el enfermo terminal gozan de idéntica dignidad y comparten
con todos nosotros el mismo derecho a una vida digna y plena, acorde a
su propio desarrollo y situación vital”.
El pastor de
Rafaela advirtió que “la libertad de un pueblo está seriamente amenazada
cuando el don de la vida ya no es apreciado en todo su arco, desde el
primer instante de la concepción hasta su fin natural” y agregó que
también atentan contra la libertad de un pueblo nuevas y sutiles formas
de amenazas contra la vida que “se suelen disfrazar de las más variadas
justificaciones: desde el progreso científico hasta el pragmatismo más
vulgar; desde supuestos derechos individuales hasta intereses económicos
y comerciales; desde pretendidas superaciones de tabúes ancestrales
hasta neocolonialismos culturales”.
El obispo instó al
compromiso “en favor de la vida” y también a reconocer dónde está
amenazada la vida. Llamó a “agradecer el servicio de tantos que
cotidianamente y de manera escondida sirven a la vida, sobre todo entre
los más pobres y que, de manera a veces heroica, luchan por ella, la
cuidan y la promueven. Pero también queremos comprometernos,
convirtiéndonos en servidores de la vida y desenmascarando tantos signos
de muerte que se dan entre nosotros”.
Como conclusión,
monseñor Franzini destacó que “hace más de doscientos años los patriotas
de Mayo iniciaron un movimiento que elegía vivir en libertad. También
hoy elegimos la vida para vivir en libertad. Hoy lo hacemos de acuerdo a
los nuevos desafíos” +
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