jueves, mayo 17, 2012

II Congreso de Familia y Vida. Conferencia Judith Turriaga.


Desarrollo integral de la sexualidad

(AA) Durante el II Congreso de la Red Federal de Familias realizado en Salta, la Lic. Turriaga (directora del proyecto "Saber Amar" en Ecuador) presentó los principales lineamientos que debe seguir un programa integral de educación de la sexualidad y la afectividad. Presentamos los videos de dicha conferencia que recomendamos ampliamente. Además del alto nivel académico y pedagógico, la problemática fue abordada con un fino sentido del humor.

María Judith Turriaga Eguiguren es Licenciada en Lingüística y Literatura por la Universidad de la Sabana (Bogotá, Colombia). Realizó un postgrado en Educación en la Universidad de Navarra, España. Actualmente se dedica a la capacitación de profesores de Religión, Educación para la sexualidad y la afectividad, Educación temprana y Educación personalizada. Es autora de textos escolares para el aprendizaje de Religión y Moral Católica (para niños). Desde 2006 es Directora del proyecto “Saber Amar” en Ecuador para la educación de la sexualidad y de la afectividad en niños y adolescentes de 6 a 18 años.



El desarrollo y cuidado físico, afectivo, espiritual y socio- cultural son vitales para la formación integral de una persona.
La cultura presenta cambios profundos y vertiginosos. Es necesario estar preparados para responder a los nuevos desafíos que plantea el momento actual.
Hoy, las nuevas generaciones reciben información de distintas corrientes. Todo está a disposición en internet y en los medios de comunicación masiva. Y, sin embargo, esa información no alcanza para disminuir algunos de los riesgos que las amenazan: dificultad para elaborar un proyecto de vida, inmadurez afectiva, iniciación sexual precoz, enfermedades...
La educación integral de la sexualidad va más allá de la transmisión de conocimientos. Consiste en enseñar a amar. Lo que el niño aprenda en su hogar, luego lo vivirá en la sociedad. Por ello, una educación sexual integral debe tener en cuenta todas las dimensiones de la persona: biológica, psicológica y espiritual. La Lic. Turriaga subrayó que no se trata de instruir, sino de educar: "un verdadero proyecto educativo es aquel que busca la perfección de la persona".
Queremos resaltar el fino sentido del humor con el que la Lic. Turriaga desarrolló esta problemática. Recomendó a los padres que nunca deben olvidar un binomio importantísimo en la educación de sus hijos: cariño y firmeza, siempre acompañados con una sonrisa.
PARTE 2 DE LA CONFERENCIA
¿Sabías que la persona más importante en la vida afectiva de una niña es su papá? ¿Comprendes las diferencias psicosexuales entre hombres y mujeres? ¿sabías que hay fuertes intereses económicos para que la iniciación sexual sea cada vez más precoz? ¿porqué los órganos sexuales son tan delicados y sigue en aumento el número de enfermedades sexuales?  No dejes de escuchar los videos adjuntos.
Principios básicos para el desarrollo integral de la sexualidad
  • La educación integral de la sexualidad es la educación de todo lo que somos como varones y como mujeres. Lo importante es enseñar a amar, es decir, aprender a dar y a recibir, a comprometerse y a vincularse personal y responsablemente con el otro.
  • Los valores siempre han de formar parte de las explicaciones, la educación sexual no consiste solamente en transmitir conocimientos sino en desarrollar habilidades para desplegar la libertad responsable y la capacidad de amar.
  • Todo niño es una persona única e irrepetible y tiene derecho a recibir una formación personalizada.
  • La educación integral de la sexualidad se da a partir de las vivencias, las identificaciones, el ejemplo. No consiste en una conversación solemne. Cuando se establece el diálogo, es conveniente que se dé en forma natural y desde lo cotidiano.
  • Es bueno que los padres den información con delicadeza, de manera gradual y en el momento oportuno. Hay que tener en cuenta el grado de desarrollo intelectual y afectivo de cada niño.
  • El lenguaje ha de ser claro, sin sobrenombres, apodos ni metáforas confusas.
  • No es necesario mostrar imágenes fuertes y mucho menos grotescas.
  • Antes se insistía en responder al niño a partir de su pregunta, pero sabemos que hay niños a los que les cuesta preguntar. En esos casos no podemos dejarlos sin formación. Es importante que los adultos abran espacios de diálogo.
  • No es necesario que las explicaciones a la niña se las dé la mamá y al varón el papá. Ambos —o uno de los dos, según las circunstancias— pueden hacerlo si lo hacen con idoneidad, delicadeza y confianza.
  • Los padres han de crear un clima de confianza propicio para que los hijos puedan contar y preguntar todo cuanto quieran. Así, los hijos podrán recurrir a papá o a mamá ante cualquier inquietud, duda o problema, seguros del amor incondicional que sus padres sienten por ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario